Pelearé hasta el último segundo y mi epitafio será: "No estoy de acuerdo"

Los de atrás vienen conmigo

martes, 23 de marzo de 2010

Ay Carmela!, me duelen tus ojos sembrando rastrojos canela en la nieve. Como dos carabelas, tan pintas, tan niñas, tan leves. Minifalda con bici a la espalda y nariz indiscreta, poco más que decir. Urge sobrevivir, te mereces un novio poeta. No me pidas que muera por tí, lo que queda de mí se subasta a la mejor postora como un parco motín en el barco ruín de la aurora. No me obligues a hacerte la ola, sigue sola tu camino; al fin y al cabo ni sé ni sabo cuánto nos cobra el destino.
En los bares del foro rompías el guión de una peli con final feliz. No había rubia en el coro más loro, ni más Norma Jean. Y después de la feria y el cole, la histeria y el miedo; si te da por contar hombros donde llorar va a sobrarte una mano y seis dedos.
No me canso de hablarte aunque pronto mi voz suene a grano de arroz repetido y desampararte es jugar a los juegos de azar del olvido. Nada amanece, todo envejece, plancha tu velo de tul.
Tal vez mañana a tu ventana llame otro príncipe azul.
Y no sé de qué modo dejar de adorarte sin duelo entre nunca y quién sabe. Cuando quemes tus naves no me pierdas las llaves del cielo.

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