Peor para el sol que se mete a las siete en la cuna del mar a roncar, mientras un servidor le levanta la falda a la luna.
Es mejor, le pedí, que te calles, no me gusta invertir en quimeras. Me han traído hasta aquí tus caderas, no tu corazón. Y después, para qué más detalles, ya sabéis, copas, risas, excesos ¿ Cómo van a caber tantos besos en una canción?
Volví al bar a la noche siguiente a brindar con su silla vacía. Me pedí una cerveza bien fría y entonces no se...
...si soñé o era suya la ardiente voz que me iba diciendo al oído, me moría de ganas, querido, de verte otra vez.
PUMM, Domingo a la noche (N)
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