Pelearé hasta el último segundo y mi epitafio será: "No estoy de acuerdo"

Los de atrás vienen conmigo

sábado, 6 de noviembre de 2010

LA MUERTE DE MARGUERITE DURAS -


Hay algo de maravilloso en el suicidio pienso… qué se yo, es fácil decirlo, como un último gesto, que queda en el más absoluto misterio. El último pincelazo.

A veces me pasa tener un estado de demasiada conciencia de mi mismo… comienzo a preguntarme cada uno de los gestos que hago. Digo: ahora me levanto y doy vueltas en círculo por el cuarto. Me detengo. Cómo sigo toco una pared a lo largo con las manos palpando rugosidades, después pienso.. Ah, ya sé! Ahora me tiro en la cama y hago 20 flexiones, me toco la frente, la naríz, salgo corriendo al baño.. Orino, lo intento. Cuando estoy orinando pienso que viene después de la orina.
Lo único que admiro es la intensidad de la desesperación, el momento único, sublime… Me parece que la gente que veo hace gestos, se mueve.. pero yo preveo el vacío, ellos no parecen percibir el sin sentido y hasta parecen felices! ¿Como se puede vivir así? Pienso, ¿no se dan cuenta de la inutilidad de gestos? Pienso… ese hombre… parado con su rodilla derecha doblada y el talón en la pared, está silbando, lo veo tocarse los genitales con disimulo y pienso ¿qué irá a hacer ahora? Camina unos metros, tres exactamente, y abraza a otro hombre sin tener conciencia de la desesperación del momento.
A veces pienso que no saben que van a morir y se mueven espontáneamente. Cuando pienso en matarme, en esos estados críticos pienso…
Pienso en matarme, porque me parece.. siempre tendré que inventar todos mis gestos, en cada instante de mi vida, es i-n-a-g-u-a-n-t-a-b-l-e.
Conozco una amiga que tiene una amiga que no puede leer porque tiene miedo al vacío entre las letras. Miedo a caerse…
Creo que sí –a caerse por el vacío de las letras. Tiene miedo. Terminó empleándose en una fiambrería- Cortaba salame de Milán con un cuchillo grueso. Le aliviaba sentir la densidad del salame cortado por un cuchillo grueso. Un día el fiambrero le dijo que le iba a ser más fácil cortar el salame por rodajas en la máquina. Pero entonces el salame cortado en la máquina caía demasiado rápido… Sentía que ella se caía al vacío cada vez que la máquina cortaba las rodajas de salame.
Un día agarró el cuchillo y empezó a clavarlo en su pecho y gritaba-
“Este es mi pecho, lo siento – éste es mi cuerpo concreto cuando me clavo el cuchillo. Mi cuerpo concreto. Mi dolor concreto”.
Yo, por eso me hice boxeador. Los golpes en la cara, en el cuerpo me hacen sentir –éste es mi cuerpo, me digo. Mi cuerpo duele- éste soy yo.
Cuándo pego, también las manos duelen al pegar. Son mis manos. Las siento. Este dolor es mío.

Eduardo Pavlosky
Mi escena. Me encanta :)

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